Particularmente vivaz, el Braco de Weimar es un perro de buena constitución, de tamaño bastante grande (el máximo para los machos es de 70 centímetros de alzada a la cruz), muy elegante, con estructura compacta y musculosa. Además de ser un buen perro de muestra, el Weimaraner es también óptimo cobrador y sabe seguir perfectamente el rastro de la presa herida. La cabeza, en buena proporción con el resto del cuerpo, tiene orejas de buena longitud, de nacimiento alto. La capa, en todas las variedades del pelo, es gris en diversas tonalidades, desde el plateado al corzo y al gris ratón, con la cabeza y las orejas de color ligeramente más claro.